Soy ferviente creyente de que cosechamos lo que sembramos, y nuestro país, El Salvador, hoy está cosechando una maravillosa situación de seguridad producto de la siembra sincera y heroica de miles de hermanos salvadoreños que, ofrendando algo o todo de sí mismos, lograron hacer realidad un sueño que parecía inalcanzable.

Hombres y mujeres valientes de nuestro país, que integran la Policía Nacional Civil (PNC), arriesgan y otorgan su vida, su integridad física y emocional en beneficio de El Salvador, y gracias a su entrega y compromiso con la seguridad y la justicia, han contribuido en darle a la sociedad salvadoreña, a cada uno de sus miembros, El Salvador que parecía que nunca íbamos a tener. Una patria donde se respira seguridad, donde no importa el lugar, el día y la hora en que nos encontremos, sentimos la tranquilidad de que nadie ha de arrebatarnos ni la vida ni la integridad ni los bienes que Dios dispuso un día darnos y SIENDO Él el único que puede disponer de ellas. Ellos han sembrado la semilla de la paz y la seguridad; es justo que ahora nosotros les brindemos el fruto de la gratitud, manifestada en el apoyo a ellos y a sus familias, especialmente de aquellos que ofrendaron su vida o su integridad física en el cumplimiento de su misión, para que puedan construir los sueños y esperanzas que se vieron frustrados por ofrendar su sacrificio al pueblo salvadoreño. ¿Cuántos días, cuántas navidades, cuántos cumpleaños, cuántas graduaciones, cuántos festejos familiares dejaron de vivir por cumplir con su sagrada misión?, o incluso, ¿cuántas vidas se ofrendaron?

Por ello, para empezar, es justo decirles “infinitas gracias”, pero eso no es suficiente. Es nuestro deber apoyarlos dentro de las posibilidades que tengamos, y fue en ese sentido que Dios puso en mi corazón, y en el corazón de quienes me acompañan, este maravilloso esfuerzo de amor y gratitud, al cual los invito a todos a sumarse, incluso a los buenos amigos de la patria querida, para aportar a la construcción de los sueños y esperanzas de las familias y miembros de la Policía Nacional Civil de El Salvador, que dieron todo por nosotros, lo cual es la misión con la que ha nacido la FUNDACION CONSTRUYENDO SUEÑOS Y ESPERANZAS. Hermanos salvadoreños, ahora nos toca compartir con alegría y gratitud.

Pastor Óscar Flores